hoy me
han hablado del frío que me espera.
me acecha
entre la uña y la carne
me respira
en la nuca y detrás de las orejas
su aliento
gélido, viene de ninguna parte
y me
arrastrará y me asfixiará en cualquier lugar.
será este
mi frío,
el de
los versos largos.
sé que
me espera en el frío
el irreductible
letargo.
será,
quizá, este mi frío
en los
días amagos
donde me
esperan, desnudos,
los árboles
magros.
el otoño
que siempre me habita
mi propio
esqueleto dibujado en sus ramas
entonces
heladas.
ya lo
noto en la piel,
ya me
quiebra los labios
ya me
agrieta las manos
qué pronto
y qué bien llega
el frío.
nunca pensé
que frío y mío rimaran
el frío
que me espera y
el miocardio
que me habita
cobijados
bajo una misma melodía.
el frío
que me espera y
el miocardio
que me habita.
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