10 jul 2015

la fiebre es azul



I. El costado duele como si mis costillas no quisieran estar ahí.
II. La fiebre avisa, y luego me traiciona.
III. Cuando desperté por la mañana, no hubiera imaginado que esa misma noche estaría en la carretera.
IV. Los viajes de padre y los abrazos de madre: medicina.

It was October when the pain reminded her that she was alive. Two hundred kilometers and a week later, she was fine. But one way or another, something got caught in her ribs: the grief taking her own voice and saying 
cry, and then keep breathing.


(Era octubre cuando el dolor le recordó que estaba viva. Doscientos kilómetros y una semana después, estaba bien, Pero de alguna manera u otra, algo quedó atrapado en sus costillas: el dolor tomando su propia voz y diciendo
llora, y luego sigue respirando.)

2 comentarios:

  1. No hay nada como llorar y limpiarte un tanto por dentro y dejar los ojos rojos a la intemperie.No hay nada como acurrucarse y creer que no pasa el tiempo cuando en tu estado de ánimo se notan las horas.
    Hay que llorar, siempre, siempre. Hay que notar el dolor de las costillas, del corazón, que también cruje y se queja, pero después, siempre, siempre, siempre, hay que seguir respirando, y por qué no, creerse un poco más fuerte (porque seguramente que lo somos)

    muy bonito, mucho, mucho.

    abrazos de W.

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    1. No podría haberlo dicho mejor, While. Muchas gracias y abrazos ♥

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