30 dic 2011

El dulce temblor de los rayos del sol.


Justo cuando las últimas gotas de lo que fue una torrencial lluvia que anegó todos sus sentidos andaban evaporándose... Justo cuando las nubes se despedían unas de otras, prometiéndose que volverían a verse... En ese preciso momento fue cuando el sol decidió pasarse a saludar, dijo que sentía haberse ausentado, que lo importante era que ya estaba aquí. Dijo que de nuevo se iba a ir, pero sabía que volvería. Y así pasaron los días, con una frase tan típica como esta, hasta que el sol volvía, y desaparecía para otra vez sonreír.


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