5 abr 2012

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He pensado miles de veces,
y todas las que una mente abarque,
cómo decirte esto.


He escrito borradores
como si ello me fuera a salvar
del hambre, de la muerte,
o de ti.


He pasado noches en vela,
noches de luna llena
y cama vacía,
noches en las que el insomnio arrecia,
como imitando al frío
cualquier noche de frebrero,
y me congela las neuronas, 
envasando mis ideas
en bloques de hielo, 
que al calor de la misma vela
en la que mi noche se mantiene
se derriten para ahogar 
en ríos de tinta
mis inquietudes, 
esas que tienen boca, manos,
y sobre todo ojos,
que llevan tu forma
y tu voz.

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